Por José Luis Stella
En un mundo donde los números y las estadísticas dominan el discurso económico, es fácil olvidar que detrás de cada cifra hay personas con historias, emociones y percepciones únicas. La economía no solo se mide en índices de crecimiento, de inflación o tasas de desempleo; también se vive y se siente de maneras muy diferentes según la experiencia de cada individuo.
María, una madre soltera de dos hijos, siente el peso de la inflación en su presupuesto familiar. “Cada vez que voy al supermercado, me doy cuenta de que los precios han subido. No puedo permitirme comprar lo que solía”, comenta. Su experiencia refleja la realidad de muchas familias que luchan por llegar a fin de mes.
Mientras que Raúl, un joven emprendedor, ve la economía desde una perspectiva completamente diferente. “Para mí, la situación actual es una oportunidad. Hay más gente buscando invertir en nuevos proyectos y eso me motiva a seguir adelante”, dice con entusiasmo. Su optimismo contrasta con la preocupación de María, mostrando cómo la percepción de la economía puede variar drásticamente según la situación personal y profesional de cada individuo.
Filosóficamente la percepción y la interpretación de la realidad varía entre las personas de lo que Immanuel Kant se ha ocupado de analizar y profundizar.
Al conocerse el IPC de octubre, 2,7%, difundido por el INDEC el 13 de noviembre, llamó poderosamente la atención que los funcionarios del Ministerio de Economía festejara mientras varios economistas criticaran. Por ejemplo Diego Giacomini, entrevistado por Nancy Pazos en Radio 10, despectivamente dijo que “la fotito de la inflación (en Argentina) cuantas veces se agachó y volvió a subir” generando dudas de la sostenibilidad a largo plazo. En su editorial de radio “con vos” Alejandro Bercovich dijo que “la realidad es que está bajando pero está lejísimo de darle la razón a Milei, no se ha logrado nada” incluso el funcionario del gobierno provincial Carlos Bianco mencionó que “es un fracaso absoluto”.
Perplejos recordamos que Albert Einstein sugiere que la observación de un evento puede depender del marco de referencia del observador. Ante el desconcierto que genera que unos critiquen y otros aplaudan el mismo hecho, pensamos en un ejemplo futbolístico. Octavos de final de la Copa Libertadores de América, nuestro equipo ganó el partido de ida, ¿Se ganó la Copa?, NO, ¿Podemos festejar?, SI, hemos dado un paso adelante aunque reste mucho por hacer.
Días antes (10 de noviembre de 2024) Ricardo Aronskind publicaba también con espíritu crítico su columna en el Cohete a la luna, donde el título del artículo ya da una muestra: “Hazañas navales en palangana” y confecciona un pormenorizado listado de riesgos que tiene la economía Argentina, propios de una situación empobrecida que no ha encontrado el norte, a lo que le suma, como muy deprimente el resultado de las elecciones en EEUU, y remata con que “todas las medidas anunciadas por Trump en campaña perjudican a la Argentina”. Otra vez, la percepción de Aronskind es diametralmente opuesta a la del presidente Javier Milei.
Los medios de comunicación juegan un papel crucial en la formación de estas percepciones. Un informe negativo sobre el desempleo puede generar pánico y
desconfianza, mientras que un artículo sobre el crecimiento de startups puede inspirar a otros a emprender. La forma en que se presentan las noticias económicas puede influir en la manera en que las personas interpretan su propia situación financiera.
El triunfo de Donald Trump en su enfrentamiento con Kamala Harris fue APABULLANTE. Ganó el ejecutivo, el control de las cámaras del Congreso, y por si fuera poco tiene mayoría conservadora de seis jueces de un total de nueve en la Suprema Corte de Justicia, tres nominados por él en su gestión anterior. Según Carlos Pagni en La Nación “Este aparato de poder otorga verosimilitud a la más inquietante promesa de campaña del presidente electo: Durante un tiempo seré un dictador”.
Será clave la designación del titular del Departamento de Justicia, del que depende el FBI. Agencia donde se impulsaron investigaciones contra el empresario, con allanamientos a sus domicilios para saber si en su gestión viene con ánimo REVANCHISTA. Hay al menos cuatro causas en su contra que no concluyeron y se especula que podrían demorarse para emitir sentencia cuando termine su gestión o si fuera condenado mientras está en funciones paradójicamente tendrá la oportunidad de “autoindultarse” algo inmoral pero no ilegal para la Constitución Estadounidense.
La victoria tiene el efecto de una convalidación ideológica para numerosos liderazgos y movimientos de ultraderecha, Javier Milei es un ejemplo, en el juego de la oca avanza unas casillas. Sin embargo, vienen bien las palabras de Pedro Aznar: “es tan difícil hacer pronósticos sobre el curso de acción de demagogos impredecibles”.
Bernie Sanders (líder demócrata) expresa que NO ALCANZÓ CON COMBATIR LA INFLACIÓN, PERDIMOS AQUELLA ESPERANZA DE VIVIR MEJOR QUE NUESTROS PADRES, e instaló la idea de que no ganó Trump, perdió Kamala Harris quien en una entrevista televisiva, previa a las elecciones, quedó perpleja y no supo qué responder cuando se la consultó sobre el gobierno de Biden y ante el planteo que le permitiría hacer una autocrítica, respondió que todo lo actuado “estaba bien”. Generó una sensación que ella era la continuidad, que el rumbo era equivocado y como la percepción de actividad económica no era buena, apareció la FRUSTRACIÓN de los votantes a quien Trump encantaba con “cantos de sirenas”.
Sabemos que Donald Trump con su espíritu proteccionista, intentará proteger al mercado norteamericano de las importaciones chinas, para tener como referencia, hoy el arancel promedio de importación en los Estados Unidos es menor al 3% y el 70% de los productos entran sin pagar arancel, en campaña dijo que iba a subir los aranceles un 60% sin embargo le será difícil ponerlo en práctica. Carlos Pagni presenta el siguiente ejemplo: el 50% de las baterías para autos que se destinan a la industria automotriz de EEUU son Chinas, si por efectos del arancel suben el precio, suben los costos de producción, y aumenta el precio de los autos. Lo mismo sucedería con el resto de los bienes importados, y tendría que tener presente que la inflación fue causa central de la pérdida demócrata, y a pesar de que se estaba resolviendo los votantes no apoyaron a Kamala.
Si se cumplieran las promesas, podría aparecer un atractivo por los bonos norteamericanos que fortalecería al dólar frente a las demás monedas. Entre ellas, el peso. Es una mala noticia, de las tantas que señala Aroskind para Argentina cuando localmente el Ministerio de Economía desea comenzar la tercera fase del plan
económico con la pretensión de levantar el cepo cambiario una vez que la brecha se acerque a cero. El fortalecimiento del dólar anticipado por los mercados, tiende a coincidir con una caída en los precios de las materias primas, con el impacto que eso tiene en la economía argentina. Sin embargo, como dice Juan Carlos de Pablo, ni el propio Trump sabe con certeza qué es lo que va a hacer. Y Marcos Buscaglia recuerda que en su primer gobierno “ladró más de lo que mordió”.
Para el gobierno libertario encabezado por Javier Milei, la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses equivale a una gran luz verde ya que la considera SU PROPIA VICTORIA. En la Casa Rosada hay una creencia -razonable- de que la llegada del republicano va a permitir reorientar la relación con el FMI, a favor de la Argentina. Y esperan que el staff del organismo tome nota de la buena relación y pongan “en su lugar” a la número dos Gita Gopinath ya que técnicamente hasta ahora ha sido muy exigente. Otra ventaja podría darse gracias a la “amistad” entre los presidentes y podríamos contar con una preferencia arancelaria para exportar bienes al país del norte.
En Argentina en las últimas semanas se aceleraron las ventas del sector agropecuario, de harina de soja y de maíz. Los productores tienen que continuar con sus actividades, sembrar por ejemplo, y el mejor financiamiento lo logran con la reducción de los stocks, o vender dólares y colocarse en pesos, tangencialmente pueden aprovechar la renta que ofrece la deuda local de corto plazo. Desde octubre el Central acumuló reservas por alrededor de u$s 2.500 millones. Y lo más probable es que la tendencia se acentúe, con el campo como protagonista activo del mercado cambiario.
La evolución positiva de algunas variables financieras, y la relativa tranquilidad de otras, han permitido que se genere un microclima de euforia desmesurada, el Ministro de Economía se las ha ingeniado para que aparezcan dólares internos con el blanqueo, que sumados a algunos modestos préstamos externos pueden establecer un puente hasta la cosecha gruesa del año que viene –a su vez– para llegar en “buena forma” económica a las elecciones de 2025. La recuperación heterogénea de la actividad justifica el anuncio presidencial de que “la recesión ya terminó” con buenas perspectivas para dos sectores relevantes, como la industria y la construcción, todavía sin obra pública, salvo excepciones muy puntuales.
Bonos y acciones argentinas subiendo. Caída del riesgo país a menos de ochocientos puntos. Estabilidad con tendencia declinante del dólar blue, Baja la brecha entre el dólar oficial y los demás dólares. Las variables financieras van viento en popa. El Presidente sobreactúa remarcando estos datos, lo que es una mala receta política. Los periodos de bonanzas generan entusiasmo y la historia dice que en esos momentos los funcionarios pueden tomar decisiones equivocadas.
El comercio internacional se intensificará entre países “amigos” más allá de que estén cerca geográficamente. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) señaló que en diciembre pasado, si bien en volúmenes el comercio internacional en el planeta es constante, no aumenta ni desciende, sin embargo, los flujos entre los principales mercados están variando considerablemente. En los últimos dos años (2022 y 2023), los intercambios comerciales entre países alineados políticamente han crecido más de 6%, mientras que entre países menos amigables, han decrecido más de 4%.
Pablo Wende en infobae dice, que el triunfo de Trump castiga a los mercados de Brasil, México y Colombia, en parte por cuestiones ideológicas, pero además porque son países que han tenido un importante deterioro de sus cuentas públicas y aumento del déficit fiscal. Esto los vuelve más vulnerables.
Está por verse, y solo el paso del tiempo dará el veredicto si el superávit anunciado por Milei es sostenible. ¿Cuánto tiempo aguanta el país sin obra pública?. ¿Cuánto falta para sacar el cepo?. Como dice Federico Moll hay que sacarle las rueditas a la bici. Vas a poder ir más rápido.
La estabilidad del dólar puede explicarse en términos de oferta y demanda. La oferta actual está dada por el blanqueo; las ventas del sector agropecuario para cubrir necesidades productivas; las micro ventas de divisas por parte de cientos de miles de miembros de sectores medios y de pequeños empresarios para mantenerse a flote y la demanda está medio pinchada porque no hay rumores de devaluación inmediata y por lo tanto se moderan las compras especulativas; hay negocios financieros muy interesantes en pesos (carry trade); hay escasa capacidad de ahorro de pesos en sectores medios; y la profunda contracción económica de la que se está saliendo limitan la actividad y no hay necesidad de insumos importados para mover la actividad productiva industrial. Por el momento los stocks acumulados en el modus operandi de momentos inflacionarios es alto y no es necesario reponer. El único incremento previsible de la demanda de dólares será estacional y proviene de los argentinos que planearon, ¡dado el dólar barato! sus vacaciones en el exterior.
La Macroeconomía está mucho mejor que un año atrás, según nuestra percepción, sin embargo hay aspectos positivos y negativos. Los que están eufóricos se apoyan en los indicadores como son la baja del riesgo país, estabilidad del dólar, suba de bonos y acciones y los que critican tienen motivos para hacerlo por actividades en dificultades, Argentina cara en dólares, falta de sincronización entre la velocidad en que las reformas mejoran la productividad y la velocidad a la que se aprecia el tipo de cambio real.
Todo es cuestión del cristal con que se mira. Percepción, interpretación, frustración, satisfacción están en la mente de quien observa, mientras tanto seguimos adelante.